¿Eres tú el/la del problema?

Hola ¡Yalovs! ¿Qué tal va la semana? Espero que poco a poco todos vayamos viviendo la nueva normalidad con mucha precaución. Recuerden que a pesar de lo difícil que es adaptarse a los cambios, no estamos solos o solas. Dios está al cuidado de cada uno de nosotros.

Este artículo no era lo que yo tenía preparado para esta semana, pero no puedo escribir otra cosa, no me sale. Esto está siendo catártico para mí y si te sientes identificada o identificado dale al corazón.

¿Por qué culpa y vergüenza? Porque me hacían creer que yo era la del problema, que me ahogaba en un vaso con agua, y que era yo la culpable. Que la traición está bien, total no es un daño físico, no causa mal a nadie y era yo la escandalosa, la chivata o cotilla. Mentiras y más mentiras llegaban a mi cabeza, el enojo, la rabia, la vergüenza cada vez eran más potentes. Lo único que quería era gritar, gritar y gritar, pero tocaba estar en silencio porque me venía a la mente una y otra vez: "tú eres la del problema" "eres tú la que se ahoga en un vaso con agua" "estás exagerando las cosas".

Sabía y sé que Dios está al control de todas las cosas, pero ¿Qué debía hacer? ¿Cómo debía actuar? ¿Amar? Si me habían hecho demasiado daño, era imposible. ¿Perdonar? No, era demasiado complicado, por lo menos al principio. Pues Dios me dijo: "Espera". "Quédate quieto en la presencia del Señor, y espera con paciencia a que Él actúe. No te inquietes por la gente mala que prospera, ni te preocupes por sus perversas maquinaciones. ¡Ya no sigas enojado! ¡Deja a un lado tu ira! No pierdas los estribos, que eso únicamente causa daño. Pues los perversos serán destruidos, pero los que confían en el Señor poseerán la tierra. Pronto los perversos desaparecerán; por más que los busques, no los encontrarás. Los humildes poseerán la tierra y vivirán en paz y prosperidad. Los malvados conspiran contra los justos; les gruñen de manera desafiante. Pero el Señor simplemente se ríe, porque ve que el día de su juicio se acerca." (Salmo 37:7-13)

Pues sí amigos y amigas, esto me ayudó a ver las cosas más claramente, quizá no pude amar ni perdonar al inicio, pero confiando en Dios, sabiendo que tarde o temprano todo tendrá una consecuencia y dejando me moldear el corazón por su amor, paciencia y perdón poco a poco puedo llegar a amar y perdonar, recibir y abrazar, olvidar de corazón y volver a empezar. No es fácil ni fue un camino de rosas, tampoco ocurrió todo de la noche a la mañana pero, poco a poco con la ayuda de Dios es posible. ¿Cuántas veces tendré que repetir el proceso? No lo sé. Sin embargo, Dios me dejó varias cosas claras:

• No soy la del problema.

• Dios actuará y hará justicia tarde o temprano.

• Dios se preocupa y está atento a todo lo que me sucede.

• Dios no es ajeno a mi ira, a mi sufrimiento, incluso lo entiende.

• En Dios puedo descansar, confiar y tener verdadera paz.

Si has pasado algo parecido, si lo estás pasando y no sabes qué hacer, espero que esto te ayude y recuerda, no estás solo o sola, Dios siempre estará para ti y Él te ayudará, sostendrá y guiará por todo el camino. Un fuerte abrazo familia.