¡Hola Yalovs! En España ya hemos dejado las vacaciones atrás, y llevamos unas semanas de vuelta a la "normalidad", Espero que esta vuelta esté siendo tranquila aunque hay mucha incertidumbre y confusión. Recordar que aún inmersos en la rutina, no estamos solos, Dios está al pendiente de cada detalle de nuestra vida.
En estas vacaciones he estado pensando en muchas cosas pero, una de las que primero deseo compartir con ustedes es lo que Dios dice de nosotros. Creo firmemente que es Dios el que nos proporciona una idea clara, firme y sin sesgos de quiénes somos. Pues, nadie sabe más sobre la creación que el creador.
En 1 Corintios 4:3-4 dice: "En cuanto a mí, me importa muy poco cómo me califiquen ustedes o cualquier otra autoridad humana. Ni siquiera confío en mi propio juicio en este sentido. Tengo la conciencia limpia, pero eso no demuestra que yo tenga razón. Es el Señor mismo quien me evaluará y tomará la decisión."
Aquí Pablo toca dos corrientes que han marcado y marcan nuestra identidad. La primera, dice que "somos" el rol que la sociedad nos impone y valemos según lo bien o lo mal que ejerzamos ese rol. El segundo, dice que somos lo que pensamos de nosotros mismos, lo que queremos o deseamos sin importar nadie más. Estas dos corrientes tienen muchos sesgos, el primero nos hace llevar una carga muy pesada que muchas veces nos encadena; el segundo, aunque la carga es más ligera está sujeto al mero individualismo, al egoísmo y muchas veces nos lleva a contradicciones.
Es curioso que Pablo va en contra de las dos corrientes, no le importa lo que la gente piense de él, le da igual, y más de uno seguro que estará de acuerdo con él ¿o no? Además, no se fía del concepto que él tiene de sí mismo, ¿Por qué? Porque sabe ese concepto puede estar sesgado por la autojustificación, por el autoengaño, vanagloria, etc. Pero, sí tiene en cuenta la opinión de Dios sobre él, porque Dios conoce sus intenciones, su corazón, sabe quién es Pablo y sabe quiénes somos cada uno de nosotros.
Lo que Dios piensa y dice de nosotros no cambia por las circunstancias, por nuestros errores ni aciertos sino que se mantiene a lo largo del tiempo. Y me preguntarás ¿Qué es lo que dice Dios de nosotros? Escribiré, por ahora, 5 cosas que Dios dice, y cada una de ellas tendrán sus propios posts más adelante:
Somos amados: Juan 3:16 "Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en Él no se pierda, sino tenga vida eterna." Dios nos ama demasiado que entregó lo más preciado que tenía para poder restaurar su relación con nosotros. Dios espera que tú aceptes ese amor y decidas acercarte a Él.
Somos hijos de Dios: Juan 1:12 "Pero a todos lo que creyeron en Él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios."Al creer en que Dios envió a Jesús por amor a ti, Él te ha dado el derecho de pertenecer a su familia, sin importar el pasado o tus errores, Él desea estar contigo y que formes parte de Él.
Somos perdonados: 1 Juan 2:12 "Les escribo a ustedes, que son hijos de Dios, porque sus pecados han sido perdonados por medios de Jesús." Siempre que confesamos nuestros pecado y nos arrepintamos de corazón Dios nos perdona, pues Jesús pagó por todos nuestros errores, Dios no es alguien que desee castigarte por lo mal que lo has hecho, sino que te recibe con los brazos abiertos, amor y perdón.
Somos libres: Gálatas 5:1 "Por lo tanto, Cristo en verdad nos ha liberado. Ahora asegúrense de permanecer libres y no se esclavicen de nuevo a la ley." La consecuencia de nuestros errores y de vivir a espaldas de Dios es vivir siempre alejados de Él pero, en su infinito amor envió a Jesús y nos hizo libres de esa consecuencia pues Jesús es el puente entre Dios y nosotros.
Somos hermosos: Cantar de los cantares 4:7 "Toda tú eres hermosa, amada mía, bella en todo sentido." Es importante saber que todo lo que Dios hace es bueno, hermoso y perfecto. Somos únicos e inigualables y es Dios el que se ha encargado de hacerlo así, por eso, si Dios nos ama y nos ha hecho bien, nosotros mismos debemos amarnos también pues debemos valorar la obra de Dios tanto de manera física como espiritual.
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